La fiebre

Octubre 2012


 

 

La fiebre              

 

Dr Gerardo Flores Henríquez                    Pediatra Neonatólogo

 

 

Todos los padres han experimentado el siguiente escenario alguna vez : se despiertan a media noche para encontrar a su hijo (a) con fiebre. Es importante saber que hacer.

 

En el cuerpo humano existe un "termostato" interno ubicado en la parte del cerebro denominada hipotálamo. El hipotálamo sabe qué temperatura debe tener el cuerpo, normalmente alrededor de 37 ± 0.6 º C y envía mensajes al resto del organismo para mantenerla así. Muchos virus y bacterias pueden causar alza del punto de referencia del termostato hipotálamico por lo cual reciben el nombre de pirógenos y son los que causan fiebre.

 

Se considera fiebre una temperatura igual o mayor a 38º C. Las causas potenciales de fiebre son : infección, exceso de ropa ó de calefacción, inmunizaciones. La dentición puede provocar solo leve aumento de temperatura.  

 

La fiebre como tal no es peligrosa. Lo importante es determinar qué la está causando. Como la fiebre es un síntoma, la enfermedad que la produce puede ser leve, como un resfrío; moderada, como una infección urinaria ó grave, como una meningitis. La mayoría de las veces corresponderá a una enfermedad viral, banal, que probablemente no requerirá tratamiento específico, sino sólo disminuir las molestias que le causa al niño (a).  

 

Actualmente para tratar la fiebre se recomienda tener en cuenta tanto la temperatura como la condición general del niño. Los niños con una temperatura inferior a los 38,9 grados centígrados no suelen necesitar medicamentos, a menos que se sientan incómodos. Esta regla tiene una importante excepción: si su bebé tiene 3 meses o menos y su temperatura rectal es de 38 ºC ó superior, acuda al Pediatra o al Servicio de Urgencia Infantil. Incluso un poco de fiebre puede ser síntoma de una posible infección grave en niños muy pequeños. 

 

Además debe consultar al Pediatra si su hijo (a) es mayor de 3 meses y presenta temperatura muy alta, sobre 40º C, a cualquier edad ; si un niño mayor a 3 meses tiene fiebre menor de 40ºC  pero lleva más de 24 horas con fiebre si es un niño menor de 2 años ó más de 48 horas si es mayor .  

 

Debe acudir de inmediato al Servicio de Urgencia si su niño (a) : presenta convulsiones, signos de deshidratación (como boca seca, fontanela hundida ó pañales significativamente menos mojados) , rechaza los líquidos,  tiene diarrea persistente o vómitos continuos , irritabilidad extrema y llanto continuo, letargia o dificultad para estar despierto , sarpullido o manchas moradas en la piel, labios y uñas azuladas , rigidez en cuello , fuerte dolor de cabeza , dificultad para respirar.

 

Solamente un termómetro puede decir cuan alta está la temperatura. Tomar temperatura rectal u oral es más exacto que tomar temperatura axilar.  Se deben usar preferentemente termómetros digitales que son más precisos. Los termómetros electrónicos de oído miden la temperatura timpánica y no son tan exactos en niños menores de 3 meses. Los termómetros de mercurio se usaban frecuentemente pero la Academia Americana de Pediatría aconseja no utilizarlos por riesgos accidentales con el mercurio, que es una toxina ambiental.

 

El método que usted elija para medir la temperatura de su hijo dependerá de la edad de su hijo :

Para tomar temperatura rectal : limpie el extremo del termómetro con alcohol ó jabón y agua fría, lubrique el extremo del termómetro con un gel lubricante hidrosoluble (ejemplo vaselina líquida), coloque a su hijo boca abajo sobre una superficie plana y firme ó si su niño está más confortable de espaldas levante suavemente sus piernas , estabilícelo colocando una mano sobre su zona lumbar (justo por sobre sus nalgas) para que no se mueva . Si su hijo se está moviendo mucho pida ayuda para sostenerlo. Con la otra mano, inserte lentamente el termómetro lubricado en el recto por la apertura anal de 1,25 a 2,5 centímetros. Si siente que hay resistencia, no siga, nunca fuerce el termómetro , sostenga el termómetro entre los dedos índice y medio manteniendo esta mano contra las nalgas del niño, tranquilice a su hijo y háblele en voz baja. Espere el “beep” de término del proceso, lea y registre la temperatura y la hora del día.

 

Una vez que Ud.  identifica fiebre,  puede comenzar a tratarla si se requiere en base a la edad de su hijo (a) y otros síntomas. Si se decide bajar la fiebre, debemos hacerlo cuando ésta supera algún límite, el que arbitrariamente podríamos establecer en 38,5ºC axilar ó 39ºC rectal. Puede darle paracetamol o ibuprofeno según las recomendaciones de su Pediatra que lo indicará según la edad o peso ;  nunca administre aspirina a un niño menor de 12 años porque está asociada al síndrome de Reye, una enfermedad poco común pero que puede ser mortal. Es importante disminuir la calefacción y no sobreabrigar al niño.  Asegúrese de que la temperatura de la habitación de su hijo sea placentera: ni muy caliente ni muy fría y vístalo con ropa ligera y cúbralo con una sábana ó pañal delgados. Ofrezca al niño suficiente líquido como para evitar la deshidratación y deje que coma lo que quiera, sin obligarlo. 

 

El empleo de medidas físicas para bajar la fiebre no parece bien fundamentado. Si la fiebre es por un cuadro de origen infeccioso, en el que el termostato corporal está elevado, las medidas físicas inducirán una baja inicial de la temperatura seguida por un rebote conducido por el centro de termoregulación con rápida vuelta a temperatura original ó una aún mayor.

 

Una convulsión febril es un efecto colateral relativamente común de la fiebre en niños más pequeños. Es una convulsión generalizada (de todo el cuerpo ) donde su niño puede llegar a estar no reactivo, con mirada extraña,  con contracciones ó sacudidas musculares , hipertónico ó con músculos contraídos y con desviación de sus ojos. Ud debe mantener la calma y colocar a su niño (a) en un lugar seguro donde no se haga daño. Llévelo al Servicio de Urgencia si la convulsión dura más de 1 minuto. Siempre debe hacer un seguimiento con su pediatra ó neurólogo infantil en todos los casos de convulsiones febriles. La fiebre puede causar convulsiones febriles en la población susceptible, constituída por los niños entre 6 meses y 5 años de edad.